Allí encalló, en la boca del caribe, pensando en dioses. Podrán imaginarse el detalle con que escuchó a la mar balbuceando solemne su nombre. Mismo detalle con que siento la costa desgranada entre mis manos que curiosas van haciendo de él un molde de barro. Molde al cual cae la única gota luciérnaga que hoy dormita en el espacio. Ay si pudiera regalar vida! Pero no puedo hacerle abrir los ojos!
Allí enfrentó al horizonte invisible, transcrito cual reflejo endiosado en los márgenes de una libreta que ya va mojando su existencia al azufre que exhala el aire. Bajo la sombra que no es, acampo de este cielo ataviado de piel. Su piel. Manto de especias olorosas, barrido por el mismo viento que mueve mi cabello, el mismo que se mueve porque lo busca.
Allí decaigo. Mientras más creo hallarle más desvanezco en la oscuridad que contempla mi soledad. Veo la ola que se encrespa así, como si poseyera mil demonios, hasta la cima de aquella loma intocable que alguna vez pude trepar. Me acuerdo. También veo la roca inamovible. Aquella roca decorosa y cómplice hoy de mi desgracia. Esotérica mundana la que hoy se recuesta en mis ojos haciéndolos decaer. Vil infame pasión que me impide desistir en mi perdición y aceptarla. Aquí.
Allí me encuentro, escueto de mi. Callado. Desesperado por crear del arenoso montículo entre mis dedos su diafragma. Desesperado por habitar su respiración, por siempre. Su misticismo inocente, para siempre. Hacer alarde entre las palmas y al son de tonos incandescentes poder soñar, al fin, junto a mi rey de agua. Mas hoy eso mismo es: Líquido. Igual su recuerdo; creador fósil responsable de la erosión mía. Me volveré polvo que depositará su último aliento, entre los dedos de otro alguien. Otro desgraciado que busca lo mismo que yo.
Allí me encuentro, aquí no estoy. Ojalá este torbellino de tormenta me arranquen de raíz las ojeras. Ojalá entierre mi ser indolente en campo baldío; con mi libreta, con nueva memoria y un nuevo manantial. Sé que pasará, tarde o temprano, mas espero que ocurra rápido. Lo que tengo de alma se compensa con tinta, y ya se me acaba.
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